LA IMPORTANCIA DE NUESTROS PIES - Alcalá la Real ES deporte

LA IMPORTANCIA DE NUESTROS PIES

El pie es una compleja estructura, la que más ha necesitado evolucionar de toda nuestra anatomía para la adquisición de la locomoción bípeda humana. Tiene dos grandes funciones: soportar grandes cargas y proporcionar propulsión con estabilidad dinámica. Incluso en personas sedentarias, las cargas recibidas por los pies son muy elevadas, pero en la práctica deportiva resultan mucho más altas, por lo que los deportistas debemos cuidar nuestros pies con especial mimo y en muchas facetas.

¿Cómo es nuestro pie?
El pie humano está formado por multitud de pequeños huesos, músculos y ligamentos que además de proporcionarle una potente estructura, le permiten gran movilidad. A esta estructura biomecánica le debemos añadir una gran cantidad de receptores sensoriales que informan constantemente de la presión y tensión para adaptarse a los continuos cambios del centro de gravedad y de esta forma, mantener la estabilidad.

El pie se compone de un total de 26 huesos dispuestos en forma de arco. En la parte posterior, la zona del tarso, se encuentran los huesos más fuertes y grandes, ya que en ellos descansa la mayor parte del peso corporal. A medida que se continúa el pie, los huesos se hacen más pequeños para permitir una movilidad mayor. Bajo la gruesa piel de la planta y de las capas de tejidos grasos situados bajo ella, que le proporciona amortiguación y protección, se encuentran resistentes tiras musculares que protegen los vasos y los nervios de la planta.

La piel de la planta cuenta con un número especialmente alto de glándulas sudoríparas: en un centímetro cuadrado existen aproximadamente 360 glándulas sudoríparas. Por esta razón es imprescindible elegir un calzado que transpire para evitar la proliferación de hongos.

Esta es la estructura de un pie sano, pero las posiciones incorrectas y el uso de un calzado inadecuado, desencadenan fuerzas y tracciones que la afectan. A medio y largo plazo la estructura comienza a ceder y la gravedad termina por producir deformidades y alteraciones como helomas, onicopatías, espolón calcáneo, talalgias, dedos en garra, dedos en martillo, infraposición de dedos, superposición, cabalgamiento, etc.

 

Información publicada en Sport Life